La revolución digital de los últimos 30 años lo ha cambiado todo y de un modo acelerado.
En los últimos tiempos se habla mucho de la mochila como metáfora de la herencia de nuestros progenitores, que no forma parte del legado material. También se habla de niños que cargan con mochilas por las situaciones familiares complejas con las que tienen que lidiar.
¿Qué llevamos exactamente en la nuestra y cómo podemos aligerar la de nuestros hijos?
Si la educación siempre plantea retos, la de los hijos con altas capacidades representa un desafío mayúsculo. Los padres tienen que lidiar en su día a día con cuestiones que las familias con niños normotípicos ni siquiera intuyen. Y es que las personas con competencias intelectuales excepcionales también necesitan -y merecen- ser educadas de una manera excepcional.